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"Grapa" para siempre
Por Luis M. Alonso (29 de diciembre, 2009)
No todo van a ser malas noticias. La alcaldesa de Avilés quiere ahora que la pasarela que se iba a construir provisionalmente para superar las vías del ferrocarril y unir la ciudad con el Niemeyer se construya para la eternidad.
Pilar Varela dice que, al menos, confía en que la famosa «grapa» permanezca aunque se elimine el dichoso cinturón ferroviario de la ría. No debe preocuparse, teniendo en cuenta que las vías, salvo milagro o que las ranas empiecen a criar pelo, van a seguir toda la vida donde están, ya que será bastante complicado que el Ministerio de Fomento se embarque en la nueva aventura comprometida con los avilesinos. Las vías seguirán igual y la «grapa» nos sobrevivirá como el viejo puente de San Sebastián o el romano de Cangas de Onís. La Alcaldesa, de momento, ya la ha calificado de nueva escultura urbana como si pretendiera integrarla al mismo patrimonio al que han dejado de pertenecer piezas tan arraigadas como la vieja central térmica destruida con permiso municipal.
Este episodio de la barrera ferroviaria tantas veces contado y de tan diferentes maneras se resume, queridos lectores, del modo siguiente. Once años después de marear la perdiz con el soterramiento y las más disparatadas soluciones, al Ayuntamiento se le ocurrió que la insularidad del Niemeyer, su aislamiento, podría romperse construyendo una especie de rampa para comunicar las dos márgenes de la ría. Algunos artistas incluso elogiaron la estructura por su finura estética. En fin, manos a la obra. Eso es lo que hay en cuanto a la barrera del tren.
Mientras tanto, para mitigar el recelo y seguir alimentando, de paso, la frustración, se ha querido dar una nueva vuelta de tuerca anunciando un enésimo proyecto para eliminar el actual trazado que rompe Avilés en dos y supone el mayor escollo urbanístico en la zona supuestamente de mayor crecimiento económico.
Las vías y la «grapa» son «ad aeternum» y doña Pilar lo sabe, por mucho que disimule.