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Políticos
Por Luis M. Alonso (24 de diciembre, 2009)
Los partidos, un gran problema para los españoles
Los políticos y los partidos que los sustentan y emplean con cargo a los contribuyentes han pasado a ser la tercera preocupación para los españoles, después del paro y la marcha económica del país, según el último barómetro del CIS. La preocupación asciende un escalón y sube 3,3 puntos con respecto al mes anterior. No está nada mal, teniendo en cuenta que la inquietud que genera el problema de nuestra clase política entre la población es superior a la de la inmigración, el terrorismo o la inseguridad ciudadana.
A estas alturas no hay que extrañarse de que los españoles perciban a los políticos y a los partidos como el tercer problema, puesto que son incapaces de tomar las medidas necesarias para ir solucionando los dos primeros, que no dejan de ser uno y muy grave. Los ciudadanos consideran que la clase política se muestra incapaz de identificarse con lo que les afecta y resolverlo. Vive a espaldas del problema y de quienes lo sufren. No defiende, además, como es debido los intereses nacionales en Europa, donde los consultados por el barómetro coinciden en que España cada vez tiene menos peso.
Habrá que empezar a ver el problema de estos servidores públicos ineptos en un mismo bloque junto al desempleo y las medidas inanes para mejorar le economía. Todo ello forma parte de una misma tragedia nacional: el drama del paro es igual al drama de los políticos, sólo que ellos juegan con ventaja si se trata de sufrir los rigores como el resto de los ciudadanos.
Y lo peor de este problema que tanto preocupa, el de la política, es que cada vez se percibe más, pero no se ve la solución. Se podría pensar que con este panorama de descontento generalizado, lo lógico sería un cambio. Cabe, sin embargo, que no se produzca ya que la alternativa induce a pensar en más de lo mismo con algo menos de circo. Raúl del Pozo escribió el otro día que el PSOE no tiene a nadie mejor, ni tampoco peor que Zapatero. Así que su idea es repetir. En el PP, seguramente pasa otro tanto y se piensa igual.
Lo siento, feliz Navidad.