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El virus tontaina
Por Luis M. Alonso (30 de abril, 2009)
El avance de la gripe porcina aconseja no besarse. Tampoco es recomendable viajar a México ni a Estados Unidos. Conviene, por tanto, quedarse en casa, estrechar las relaciones de vecindad. Y eso es lo que hemos hecho con nuestros socios en la lucha contra la ETA. Pero antes, Napoleón Sarkozy, al que un asesor del Gobierno Federal alemán ha comparado con Louis de Funes, se ha encargado de aclarar que nuestro Pepe Botella no es tan poco inteligente como había manifestado inoportunamente. No sólo es que no sea tonto, es que, además, es un amigo, ha recalcado.
No besarse. La gripe porcina avanza, según la OMS, que tiene como misión acongojarnos cada equis tiempo con una pandemia mundial. Pero en este país, independientemente de quién presida el Gobierno, nos invade una especie de virus tontaina, de consumo doméstico, no necesariamente exportable, que nos lleva a centrar las relaciones España- Francia en una princesa y una dama. Y así, entre tantos tocinos, sobran las gripes porcinas y aviares.
El famoso encuentro, al parecer, ha quedado en empate. La Bruni, con cara de mosquita muerta, muy bien. La nuestra, sin desmerecer, lo mismo. ¿Será posible que todo esto de las estudiadas poses de la primera dama francesa, la sobriedad de la Reina o la discreción de la Princesa Letizia nos ocupe más de un segundo? Pues, sí. Parece ser que es susceptible de nuestro interés, cuando el paro galopante nos desangra y hace inmunes a cualquier tipo de pandemia.
Francia, que siempre ha vendido alta costura y gastronomía, ahora nos vende en la pasarela del Elíseo a una cantante, Carla Bruni, candorosa en el gesto y cómplice con las cámaras. Pero, cuidado, nosotros hemos dado la réplica a los franceses con doña Letizia y el «savoir faire» adquirido estos años. Resultado: tablas. ¿Acaso no consiste en eso la diplomacia?
Yo, no sé ustedes, lo que quiero es bajarme en la próxima estación.