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Avances en las obras
Por Luis M. Alonso (30 de abril, 2009)
Si hay algo de lo que sabemos es de los avances de la cúpula del Niemeyer y de la suma de detalles que rodean al famoso centro cultural de la ría, de su promoción política, del entusiasmo que produce y de las esperanzas depositadas en él. Lo que, en cambio, desconocemos es qué nos va a deparar en el futuro cuando las instalaciones entren en servicio. Digo, en servicio.
Jamás se podrán quejar ni el Principado, ni el Ayuntamiento de Avilés de la propaganda en los medios de comunicación. Lo mismo si se trata de la cúpula o del padre de internet, si de las vidrieras o el mobiliario de oficina del despacho del gerente. Nunca, que yo recuerde, han corrido tantos ríos de tinta para describir un fenómeno, ni tampoco he visto a los políticos hacer un funambulismo similar para referirse a otros proyectos. Hace tiempo que el Niemeyer viene siendo la palabra mágica en esta ciudad golpeada por la pérdida constante de empleo, la ausencia de suelo industrial donde invertir y la ineficacia de sus concejales. Es como si a la Alcaldesa le hubiesen dicho no tienes nada que hacer salvo esperar a que crezca el centro cultural en la margen derecha de la ría. Del resto, ya se encargará la publicidad.
Los concejales, unos y otros, salvo cuando discuten por la privatización del servicio del agua, viven a la sombra del Niemeyer, de las dichas y las desdichas. Y cuando no es el centro cultural, la lían con la célebre Isla de la Innovación, un proyecto adornado de ínfulas culturales que no tiene otro objetivo que los pisos.
Ya que el Niemeyer es todo o casi todo lo que se mueve, los avilesinos tendrán que empezar a hacer preguntas sobre sus contenidos. Más allá de la atracción turística o de la agenda que maneja Natalio Grueso, hace falta saber qué recursos le va a dedicar el Principado y en qué va a consistir realmente su programación cultural estable.
La cúpula, por otra parte, ya está totalmente hormigonada y se le están practicando dos aberturas. Para que vean.