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Inercia
Por Luis M. Alonso (26 de abril, 2009)
Los seis parados por minuto acabarán por dejar noqueado a este Gobierno del pleno empleo. Pero lo peor es que su inercia nos arrastra a todos. Por no haber, no hay ni conclusiones medianamente razonables sobre lo que está ocurriendo. La nueva vicepresidenta económica se ha estrenado en el cargo con más de cuatro millones de desocupados, la cifra más alta en la historia reciente de España, y lo primero que se le ha ocurrido decir es que los 800.000 nuevos parados prueban que el despido no es caro. De manera que, según esta teoría, no hay que preocuparse, las empresas pueden seguir permitiéndoselo.
La vicepresidenta primera se decanta, sin embargo, por el guión que han utilizado los socialistas a lo largo de todo el proceso, que consiste en quitarles importancia a los hechos y calificar de catastrofistas a los que expresan sus temores por que la cosa pueda ir a peor. Se empezó hablando de una desaceleración y hasta tildando de antipatriotas a los que rebatían la confusión transmitida por los ejecutivos de Zapatero y, ahora, María Teresa Fernández de la Vega, fiel a la consigna, ha asegurado que la perspectiva de cinco millones de parados es «un augurio apocalíptico».
Míster Pleno Empleo dijo en su día, y lo repitieron hasta anteayer sus ministros, que no había que preocuparse, ya que en España jamás se llegaría a los cuatro millones de desempleados. Y ya ven los lectores: estamos en 4.010.700, de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística.
En el dramático caso que nos ocupa, resulta más pertinente desconfiar que frivolizar. Pero lo que habría que hacer es empezar a tomar las medidas oportunas.