Últimas noticias
- Los Collyer, vidas en ruina
- Otra inmersión con David Simon
- El tiempo en la Ciudad Eterna
- Adrià pierde el trono Pellegrino
- La tradición del "fakelaki"
- La vigilia del Libertador
- Periodistas en el punto de mira
- El pescaíto que fríen los gallegos
- Amenaza de incertidumbre
- Érase una vez en el Delta…
Categorias
- Bloc de Notas
- Búsquenme allí
- General
- Guía sentimental
- La espuma de las horas
- La mirada de Lúculo
- Minutos de descuento
- otros veranos otras voces
- Sol y Sombra
- Vinos y otros tragos
Archivo
- mayo 2010
- abril 2010
- marzo 2010
- febrero 2010
- enero 2010
- diciembre 2009
- noviembre 2009
- octubre 2009
- septiembre 2009
- agosto 2009
- julio 2009
- junio 2009
- mayo 2009
- abril 2009
- marzo 2009
- febrero 2009
- enero 2009
- diciembre 2008
- noviembre 2008
- octubre 2008
- septiembre 2008
- agosto 2008
- julio 2008
- junio 2008
- mayo 2008
- abril 2008
- marzo 2008
Enlaces
Meta
Avilés story
Por Luis M. Alonso (21 de septiembre, 2008)
Mientras llueven pétalos de rosa sobre el erial del Niemeyer, Avilés reverdece sus viejos proyectos, que son los de toda la vida, por eso no se habla de otra cosa. En la nueva rula, que ya es vieja de tanto esperar, la saga continúa con el nombramiento de un gerente previsto para fin de mes. Han pasado dos años desde que concluyeron las obras de la lonja, que costó 18 millones de euros de dinero público y sigue sin ser utilizada, como consecuencia de las disputas y de la negligencia . En cualquier otro lugar no se entendería lo ocurrido en todo este tiempo. Aquí, con la santa resignación como patrona de la ciudad, vemos pasar estas cosas como si nada.
Lo mismo sucede, pero mucho peor, porque en este caso apenas hay que estrenar y mucho menos que quitar, con las vías del tren. De nada se ha hablado tanto en Avilés como de la eliminación de la barrera ferroviaria, un escollo urbanístico africano que impide a la ciudad desarrollarse en torno a su tierra de promisión. Ni siquiera de los pétalos de rosa del Niemeyer se ha hablado tanto, y mira que se ha hablado. Lo que primero se llamó soterramiento, después supresión de la barrera férrea y, finalmente, integración del tren en la ciudad, resulta que al cabo de diez años de discusiones está en barbecho.
El ferrocarril seguirá por el mismo trazado, pendiente de un nuevo estudio, y partiendo la ciudad en dos. Y si no quieres taza, taza y media, porque, además, de los trenes de pasajeros, se multiplicarán los vagones de mercancías camino de El Musel, circulando por delante del Niemeyer, cuando el Niemeyer sea.
Mañana está previsto que comiencen las obras de pavimentación de la calle Cabruñana, urbanizada no hace todavía mucho pero en el sentido diametralmente opuesto de lo que debe ser la urbanización, e incluso la urbanidad. La calle, fíjense, no llegó ni a inaugurarse por vergüenza.
Y, por si fuera poco, tras veinte años de darle vueltas los concejales dicen ahora que no se puede construir la dichosa perrera porque no hay donde hacerlo. Juzguen.