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Tras las riadas
Por Luis Arias
Por el Narcea, bajaban troncos, se multiplicaban los rabiones y la niebla se desplegaba hasta las orillas. Lo que hubo fue mucho más allá de lo que se espera de las tormentas primaverales. Fue una tromba de agua que apenas dejó tregua entre el pasado fin de semana y el martes de la actual. Los ríos crecían, los manantiales reventaban y muchos regueros reaparecían enloquecidos, al tiempo que nuestros ánimos se encogían y arrugaban, sintiéndonos inermes e indefensos ante lo que estaba cayendo. Leer el resto de la entrada »
Río arriba
Por Luis Arias
Una noche de éstas, a pesar de que se anunciaban torrenciales lluvias para algún momento del día siguiente, la claridad de la Luna era espectacular. Tanto fue así que, desde el puente de Lanio, el Narcea, además de embellecerse con los resplandores lunares, parecía agradecer también la suave brisa que, se diría, empujaba sus aguas con la suavidad de un acompasado oleaje de caricias. La magia de la noche hacía que el aspecto del río, según de qué lado del puente se mirase, cambiara notablemente. Lo paradójico del caso es que les hablo de la noche que puso fin a la aciaga temporada salmonera. Lo esperanzador, a pesar de todo, es que, al menos de momento, el río aún no perdió su magia, ni su encanto. Leer el resto de la entrada »
¿Por qué recuerdo a Petra?
Por Luis Arias
La infancia había quedado atrás, y ella, la osa «Petra», como el dinosaurio de Monterroso, todavía estaba allí, en su jaula. Formaba parte importante de la vida de Oviedo. Se diría, incluso, que en sus gestos y movimientos no se atisbaba un pasado en el monte. Daba la impresión de que siempre había estado en el mismo sitio, de que no había en ella nada que indujese a pensar en atavismos anteriores, ni siquiera remotamente. Era grande y tranquila, con el aire bonachón propio de los seres corpulentos que destilan ternura. Mansurrona y entrañable, ajena en apariencia a la expectación que creaba entre sus visitantes. ¿Cómo no tomarle afecto a poco que se la visitase? Verla, cuando niño, constituía una diversión. Leer el resto de la entrada »
Semana de Pasión… política
Por Luis Arias
Es jueves, y el Narcea, tan remolón en lo poco que va de temporada salmonera, descansa de pescadores. Es Jueves Santo y las noticias de prensa nos informan de que el nuevo Gobierno no se toma vacaciones. Ávidos están los nuevos ministros y ministras de que muy pronto se vean las consecuencias de sus trabajos y sus días. Es Jueves Santo y seguimos asistiendo a las valoraciones de urgencia en torno al nuevo Gabinete de Zapatero. Y, sin embargo, por estos lares todo parece fluir con la bendita calma de costumbre. Leer el resto de la entrada »
¿De qué leches hablamos?
Por Luis Arias
¡Ay! ¿Qué se hizo de ese justiciero Dios del mercado que imparte siempre justicia con sus elementos correctores? ¿Será que ese Dios está en todas partes menos en el campo? ¿Se tratará para desventura nuestra de un Dios muy urbanita? ¿Por qué en las últimas décadas no se atajó el principal problema, al menos en parte, problema que consiste en que los que siempre salen peor parados son el ganadero y el consumidor, mientras que el resto de la cadena no chirría? ¿No están para eso los susodichos elementos reguladores y correctores del pluscuamperfecto sistema en que vivimos? Leer el resto de la entrada »
Tras los apagones
Por Luis Arias
Alerta naranja, vendaval anunciado, endiablada ventolera nocturna en el suroccidente asturiano. Noche del pasado viernes, con árboles que fueron doblegados de continuo, con ventanales y balcones que tuvieron una oportunidad pintiparada para dar buena prueba de su resistencia. Con el miedo a que algunos tejados sufrieran desperfectos considerables. Noche en que las casas de estos parajes no vivieron atmósferas sosegadas. Leer el resto de la entrada »
Divagaciones en torno a la Fayona de Eiros
Por Luis Arias
Una tarde, habrá de esto poco más de un año, en uno de mis habituales paseos a la orilla del río, me encontré con unos enormes álamos caídos, desplegados en dirección a la otra orilla, como si la posición en que habían quedado plasmase una especie de último intento agónico por alcanzar el otro lado, su particular más allá. Es el hecho que, aun derrumbados, siguen recibiendo el contacto de las aguas del Narcea que en todo momento tanto contribuyeron a darles vida. Y es el hecho que, como espectral testigo de la existencia de estos árboles, aún siguen en pie una especie de grandes paredes terrosas, a la manera de los muros de una casa derruida sin techos ni suelos. Tapias de tierra como trincheras entre el camino pedregoso y el río. Tapias como sepulturas de las raíces de aquellos árboles que ya no están en pie. Raíces que vienen a ser la osamenta esparcida de los álamos. Confieso que es honda la impresión que me causa lo descrito. Leer el resto de la entrada »
Dama en la nieve
Por Luis Arias
Fue a esas horas en que la mañana aún es noche. Desde el alto de la Cabruñana se divisaba el singular resplandor de la nieve en las montañas que daba tono a los momentos previos a la aurora de una jornada en que las bajas temperaturas eran, más que un pronóstico, toda una certeza. De hecho, por la tarde, hasta el Naranco pudo posar nevado para una estampa navideña con algunos días de retraso. De hecho, a mediodía, trapeó en Salas, eso sí, sin cubrir. Pero, con todo, el temporal de nieve abandonó Asturias antes del pasado fin de semana sin llegar a asentarse en la mayor parte de nuestra geografía. La nieve, ya de por sí silenciosa, nos visitó fugazmente, como a hurtadillas. Tras ella, las temperaturas bajo cero; tras ella, la crudeza del invierno con las heladas que se apoderaron de suelos y tejados. Leer el resto de la entrada »
Días de Enero
Por Luis Arias
No sabría decir muy bien qué vi primero durante mi infancia: si los carámbanos en días de frío intenso o las estalactitas colgando en la primera cueva prehistórica que visité. En cualquier caso, su parecido es inquietante. De lo que tengo constancia y consciencia es de que, a pesar de que la temperatura ambiente no invitaba a las contemplaciones, una tarde de enero, siendo niño, me quedé mirando asombrado los carámbanos que colgaban del muro que protege del norte una parte de la finca de esta casa. Al otro lado del muro, los naranjos y limoneros sobrevivían con dificultad, soportando temperaturas tan gélidas para las que no tienen muchas defensas. Y, a unos 400 metros del Narcea, éste se dejaba oír con fuerza tras las últimas crecidas invernales. Leer el resto de la entrada »
Noticia de 2008 en el occidente de Asturias
Por Luis Arias
Ahora que estamos casi con un pie en el estribo de 2009, lo más destacable de 2008 es todo lo que rodea al proyecto de don Victorino Alonso en Tineo, sobre todo, la resistencia y el coraje de su Alcalde, frente al silencio, más que inquietante, del Gobierno asturiano ante ello. Tengo para mí que aquí se está dilucidando algo más que una mina a cielo abierto, que aquí se dirime la contestación ciudadana ante unas amenazas medioambientales que el occidente de Asturias viene padeciendo en los últimos tiempos. Leer el resto de la entrada »