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15 canonjías en la TPA
Por Luis Arias
Son 15 los consejeros de la TPA, todos con etiqueta de partidos políticos, salvoconducto para cobrar sinecuras que no están al alcance del resto de la ciudadanía, con independencia del grado de preparación. No discutamos, por una vez, si es necesario que los políticos estén en el Consejo de una televisión pública cobrando su porqué. Pero nos permitimos al menos la licencia de preguntarnos si de verdad hacen falta tantos. ¿Qué tal uno por partido, y el dinero que con ello se ahorrase fuese a parar al erario público? Leer el resto de la entrada »
La Asturias más paradójica
Por Luis Arias
Cuando los partidos representan comunidad de ideas y unión activa de los que pretenden llevarlas a la práctica, lo que debe procurarse no es la exaltación de un individuo, sino la armonía en el pensamiento y en la conducta de todos” (Clarín).
La derecha asturiana es goyesca. En poco más de diez años, protagonizó dos rupturas tremebundas. Primero, fue el marquesado. Después, hubo quien pasó de llamar a Cascos candidato “galáctico” a tildarlo de sexagenario acabado para la política. La derecha asturiana se comporta como una familia numerosa en la que muchos pasan sin despeinarse de las alianzas más fieles (y serviles) a las disputas más enconadas. Leer el resto de la entrada »
Meritocracia salense
Por Luis Arias
Informaba recientemente este periódico acerca de un contencioso en Salas a resultas de un nombramiento del anterior primer edil que, para el actual Alcalde, no se ajustó a la legalidad y, como consecuencia de ello, el asunto se dirimirá en el ámbito judicial. Leer el resto de la entrada »
Durán i Lleida y los jornaleros andaluces
Por Luis Arias
Los topicazos me levantan sarpullidos por obvias razones de higiene mental. Sólo sirven para nutrir la vulgaridad ambiente de la que andamos muy sobrados. Si estos lugares comunes provienen de un político, todavía me ofenden más, en la medida en que incrementan la vulgaridad ambiente que ya es bastante insufrible sin necesidad de nutrirla más. Y, si además de todo ello, resulta que avivan la rivalidad pueblerina entre distintos territorios, la cosa se vuelve vomitiva. Tan rancio y tan injusto como el anticatalanismo es el sambenito que se les atribuye a los andaluces sobre su supuesta vagancia. Leer el resto de la entrada »
¡Viva la República! (A propósito de José Maldonado)
Por Luis Arias
Aprovechando que la exposición sobre don José Maldonado tiene estos días parada y fonda en Salas, conviene recordar que el republicanismo no consiste sólo en rendir homenaje a sus prohombres y, a continuación, hacer genuflexiones ante la Monarquía; se trata de una apuesta por un Estado donde el protagonismo pertenece a una ciudadanía que no renuncia a ejercer su derecho a elegir a sus gobernantes, desde los ediles del municipio más pequeño hasta la Jefatura del Estado. Leer el resto de la entrada »
Bendita memoria (A propósito de la reaparición pública de Gerardo Iglesias)
Por Luis Arias
«El Paraíso gime en el fondo de la conciencia mientras la memoria llora. Y es así como se piensa en el sentido metafísico de las lágrimas y en la vida como el desarrollo de una añoranza». (Cioran).
Tenía que ser en otoño, cuando el paisaje de esta tierra adquiere esa belleza tan singular con la que comparece la melancolía. Tenía que ser en tiempo de seronda, cuando lo agridulce nos apodera más que nunca. Tenía que ser en un momento como éste, cuando la ciudadanía se va quitando la venda y se percata de lo que es, salvo excepciones, la mal llamada clase política, colaboradora necesaria de la ruina económica de un país en el que, discursos aparte de los unos y los otros, el paro se sigue desbocando. Tenía que ser ahora, cuando un personaje como Gerardo Iglesias saliese a la palestra con un libro en el que reivindica la dignificación de una memoria que muchos quieren que permanezca sepultada. Leer el resto de la entrada »
Hablemos del Niemeyer
Por Luis Arias
«En el paisaje de Avilés se advierte ya su sino equilibrador y moderador de los extremos; no está a la orilla de un río ni del mar sino donde los extremos se tocan: la ría, y al margen de esas aguas que están entre mar y río, un núcleo urbano que estaba entre la ciudad y villa, en el justo equilibrio entre dos extremos. Pero en el esquema típico avilesino había, además del equilibrio, la selección depuradora. Avilés era la alquitara donde Asturias se refinaba y depuraba». (Valentín Andrés Álvarez)
Hablemos de Avilés, de una ciudad con menos de cien mil habitantes que, sin embargo, cuenta desde hace años con una programación teatral que es toda una referencia. Añadamos a ello el elenco de actividades de la Casa de Cultura, admirablemente gestionada. Y sumémosle, en fin, el emplazamiento del Niemeyer en un espacio tan importante en la historia de Asturias. En realidad, se trata de algo con un enorme potencial que puede contribuir decisivamente al futuro de esta ciudad. Por eso, es desolador el ambiente tan agrio que se está generando.
De entrada, cuesta entender que se haya formado una tremenda escandalera en el momento mismo en el que se habló de la necesidad de transparencia de una gestión que recibe dinero público. La comparecencia del consejero Marcos Vallaure en la que se criticó con dureza la programación cultural del Centro añadió más leña al fuego, hasta el extremo de que se consideró que con esas embestidas se estaba perjudicando claramente a una ciudad que tiene muchas expectativas puestas en lo mucho que puede dar de sí el Centro Niemeyer.
Dicho todo ello, hay que insistir en que nadie debe rasgarse las vestiduras por el hecho de que se pidan rigor y claridad en la gestión de los dineros públicos. Y, de otro lado, hay una perogrullada que no parece tenerse en cuenta, y es que toda programación cultural está sujeta a la crítica; distinta cosa es que el tono y las formas del Consejero acaso no hayan sido pertinentes.
Le sobra razón al Consejero cuando señala que nuestro patrimonio artístico merece un tratamiento mucho más cuidadoso del que se vino haciendo por parte de los últimos gobiernos de Areces, pero ello no significa necesariamente que, para ello, haya que desatender las necesidades de una de nuestras principales apuestas de futuro como es el centro Niemeyer. Y, por otro lado, no sería admisible considerar que las cosas se hicieron a la perfección y que cualquier crítica que se haga a la gestión del Centro Niemeyer es un ataque al futuro de Avilés.
Convendría, por una vez, mirar hacia delante. El Niemeyer es el futuro, pero Areces es el pasado. El actual Gobierno, por su parte, está obligado a incluir el Niemeyer en su proyecto político para Avilés y para Asturias, en lugar de ver en ello una especie de mausoleo en el que el anterior presidente quiso, a su modo y manera, hacerse omnipresente. La ciudadanía avilesina y, con ella, la asturiana, es mucho más importante que los enfrentamientos entre los políticos de turno.
Creo que nadie debe discutir la importancia del Centro Niemeyer. Creo también que nadie es intocable ni pluscuamperfecto, hasta el extremo de considerarse atacado por unos desacuerdos que se pueden argumentar con fundamento y mesura.
Una vez más, la crispación. Una vez más, el ruido y la furia. Una vez más, el espectáculo de políticos que se desdicen de lo que en su momento manifestaron. Una vez más, tonos improcedentes. Una vez más, estamos ensordecidos en medio de tensiones y broncas.
¿Tenemos que resignarnos a esto? ¿Es pedir lo imposible un esfuerzo de claridad para que se le saque partido a la garantía de futuro que representa el Niemeyer que va mucho más allá de los que se sienten intocables e imprescindibles, que va mucho más allá de ajustes de cuentas entre los unos y los otros, que va mucho más allá de un afán de perpetuidad por parte de políticos que, a día de hoy, son el pasado?
El emplazamiento del Niemeyer atestigua no pequeña parte de la historia que nos hizo tal como somos y, a su vez, representa una posibilidad de despegue que sería imperdonable que se malograse por cortedad de miras, por vanidades fuera de lugar, por no partir de la base de que, ante todo, lo que importa es el futuro de una ciudad que no se merece la asfixia a la que se ve sometida por unos discursos en los que las triquiñuelas ocupan un espacio tan impresentable como nocivo.
Jugando a la lotería
Por Luis Arias
No deja de ser ilustrativo que un Gobierno que se caracteriza por ir de ocurrencia en ocurrencia, de bandazo en bandazo, haya decidido, en el último momento, suspender la salida a bolsa de las loterías del Estado. Y digo esto porque los hechos parecen demostrar que la mayor parte de las medidas que se vinieron aprobando en los últimos años fueron, por parte de los gobiernos de Zapatero, un lanzamiento de dados a ver si salía un buen número y la cosa tomaba buen cariz. O sea, que se jugó, de la manera más frívola que cabe concebir, a la lotería. El actual jefe del Ejecutivo pasará a la historia como el político más alegre y confiado que hemos tenido desde la transición a esta parte. Leer el resto de la entrada »
Motor gripado en Tineo
Por Luis Arias
Fíjense bien: acaso Tineo sea la capital asturiana de las promesas políticas incumplidas. Fíjense bien: hace más de 4 años, se hablaba de que la autovía de la Espina tendría que llegar, como mínimo, hasta Ponferrada. Fíjense bien: Areces aseguró en multitud de ocasiones que la llamada Ciudad del Motor de Tineo sería una realidad. Fíjense bien: cada vez que Pepiño Blanco nos visita esa para dar un mazazo, en especial, hacia estas comarcas del Occidente. Leer el resto de la entrada »
La yenka política asturiana
Por Luis Arias
«Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral». (Ortega)
Convendrán conmigo en que el ceremonial de la confusión política que vivimos en Asturias tiene su lado hilarante. Resulta que, según la encuesta del CIS a propósito de las elecciones del 22 de mayo, el electorado consideró que el partido de Cascos era el que estaba más a la derecha entre los principales concurrentes. Además, la mayor parte de los votantes de la formación política que gobierna esta tierra no se declara muy entusiasta del Estado autonómico. Todo ello a pesar de que nuestro actual Presidente definió Asturias como país desde que dio el paso de crear un partido y concurrir a las elecciones. Todo ello a pesar de que Cascos acudió en plena campaña al acto inaugural de la exposición sobre don José Maldonado, que fue el último presidente de la República en el exilio, y, por allí, que se sepa, no se dejaron ver los líderes de la izquierda plural y transformadora. Leer el resto de la entrada »